Cuatro Vegas y los quehaceres de una comunidad
02 de Noviembre de 2023
Cuando entre dos espacios de tiempo las cosas no han cambiado, es normal que haya que repetir lo que se ha dicho con anterioridad. Pongamos como ejemplo el tema de la SEQUÍA PERTINENTE que nos azota y que es cuestión recurrente en todos los noticieros.
Para los almerienses la sequía no es algo nuevo. Que en Almería llueva poco es parte del “paisaje”. Si desde siempre y hasta ahora, el subsuelo ha sido nuestra despensa del agua necesaria para el abastecimiento, el regadío y otras actividades económicas consuntivas de agua, como la industria, el turismo o los campos de golf, en la actualidad nuestros acuíferos muestran claros síntomas de agotamiento que obligan a adoptar medidas con urgencia. Y sobre todo, PREVISÓN.
En estos días, es noticia la falta de agua a la que se enfrentarán los regantes del Campo Níjar y otros términos municipales limítrofes, para el normal desarrollo de sus cosechas en la campaña 2023/24, a causa de la menor disponibilidad de agua procedente de la Desaladora de Carboneras, motivada, según parece, por la derivación de caudales necesarios para atender las necesidades de municipio veratense, que en verano ve incrementada su demanda de agua para atender las necesidades de la población habitual, a la que se suma la afluencia turística estacional.
Sin ánimo de entrar en debates, me pregunto si las necesidades de agua del turismo se deben catalogar como uso de abastecimiento o de industria turística. En apartado 1, del artículo 60, del Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, por el que se aprobaba el texto refundido de la Ley de Aguas, se indicaba que el abastecimiento de población, incluyendo en su dotación la necesaria para industrias de poco consumo de agua situadas en los núcleos de población y conectadas a la red municipal, era uso prioritario, seguido a continuación por el regadío y otros usos agrarios, mientras que otros usos industriales y el uso recreativo se sitúan en el cuarto y sexto lugar
de preferencia.
Por tanto, me pregunto si es justo y si se ajusta a Ley, tomar aguas destinadas al regadío para el uso turístico. Reitero que no pretendo entrar en debate, porque creo firmemente que hay soluciones para todo y que todos los usos consuntivos del agua de la provincia de Almería pueden ser atendidos, con medidas y actuaciones, sin perjuicio para nadie, ni nada, incluido el medio ambiente.
En este punto quiero establecer una comparativa entre lo urbano y lo rústico, entre cómo actúan (y actuamos) los regantes y cómo creo que lo hace (o no lo hace) el urbanismo y los municipios en relación con la gestión del agua.
Me pregunto, si los municipios son conscientes de que a medida que se desarrollan nuevas construcciones y nuevas urbanizaciones, deberían proveerse del agua necesaria para el incremento de la demanda, sin afectar a los derechos preexistentes. Como deberían también, incrementar la capacidad de reservar agua. Me pregunto también, si cuando en un municipio se sabe que en época vacacional su población habitual se multiplica de forma sustancial, se dota de las infraestructuras y de los servicios necesarios para atender dicho incremento y cuidar del bienestar de los moradores habituales y de los visitantes esporádicos: por ejemplo, de una depuradora capaz de tratar adecuadamente el mayor volumen de aguas residuales, sin que el entorno de una EDAR apeste.
Lo que no tengo que preguntarme, porque lo sé con certeza, es que, en la provincia de Almería, lo primero que se plantea un agricultor antes de poner en marcha una finca, es si va a disponer del agua necesaria y lo segundo es construir una balsa que le permita acopiar agua suficiente para atender sus necesidades ante cualquier contingencia. Igual ocurre con las comunidades de regantes que siempre estamos inmersas en conseguir agua para nuestros regantes, en gestionarla correctamente y en hacer nuevas balsas para almacenar el
agua que nuestros usuarios van a necesitar.
En la imagen que ilustra este artículo, vemos el estado de construcción de la nueva balsa de la comunidad de regantes Las Cuatro Vegas de Almería, situada
en paraje de Cañadas Hondas, subvencionada por la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y Cofinanciado por
los Fondos Europeos Agrícolas de Desarrollo Rural (FEADER).
Y es que, el ADN de los regantes almeriense incluye el GEN DE LA SEQUÍA y de la necesidad de una buena gestión del agua.